Recorrer los patios durante el día, y disfrutarlos a la caída de la tarde, entre el olor al jazmín y al azahar de los naranjos, la música flamenca y la conversación entre amigos es una experiencia única.
Los Patios suponen una tradición única en el mundo, son muchos y variados, por lo que podríamos distinguir entre una primera modalidad compuesta por Palacios Señoriales, Conventos, o Antiguos Hospitales y la segunda referida a los Patios Populares.
Estos últimos están en casas particulares, la mayor parte de ellas habitadas por varias familias, que los cuidan a lo largo de todo el año. Es difícil encontrar dos patios iguales, pues todos tienen las paredes encaladas, los jazmines, las madreselvas y las macetas – en muchos casos simples latas – de geranios, alhelíes, claveles o rosas. Visitarlos durante el día, o aún mejor al anochecer, llenará la pituitaria del aroma del jazmín o el azahar. En el mes de Mayo es el momento ideal para verlos, aunque muchos están abiertos todo el año.
Algunos de los más afamados se encuentran en las calles Postrera, Martín de Roa y San Basilio. Otro tipo de patio es el que pueden encontrar en el Palacio de Viana dotado de hasta 13 patios a cada cual más hermoso y sugerente. No en vano se conoce al Palacio como el Museo del Patio y está declarado oficialmente Jardín artístico. Es recomendable la visita, que es guiada, ya que se trata de un auténtico museo con una gran colección de tapices, muebles, cuadros, porcelanas y armas de fuego.