Manuel y Paula priman las especies clásicas de los patios y las plantas mediterráneas. Pero ello no significa que el patio, que pertenece a un edificio que data de principios del siglo XIX, esté anclado en el pasado.

Y más para una familia que vive intensamente el recinto y que deja su sello en el mismo, como con la exposición de fotografía que en una dependencia anexa siempre monta el también fotógrafo Manuel, o las esculturas contemporáneas de Araceli, entre ellas la mujer leona, su galgo o una hormiga metálica gigante que casi se ha convertido en emblema de la casa y por el que muchos ya le conocen como el atio de la hormiga.

El patio distribuye las dependencias de la casa a través de dos galerías (norte y sur) con pórticos adintelados, con el resto del átrio cerrado y galerías superiores que se reservan para las plantas de color. Sin embargo, entre las especies de verde del piso inferior fíjense en el rincón que se reserva siempre a las plantas aromáticas, con un aroma tan intenso que Manuel no duda en bromear al respecto. Pregúntele.

Y una anécdota: es el patio más antiguo que concursó. Ya lo hizo en 1933.